Apuntes sobre la comunicación 2020

comuni-ca-sta (2019) por Orlando Romero Harrington
Lápiz de color y tinta sobre papel

La información ha pasado a dominar el “espectro” conceptual de la narrativa latinoamericana. Un insaciable deseo de saber. Saber YA.  El mensaje inmediato, veraz o no sobre lo que sucede en cualquier parte del mundo, o al menos eso es lo que quieren hacernos creer.

Porqué los medios de comunicación, como tradicionalmente fueron concebidos hoy se ven obligados a “renovarse” o morir, y porqué esto está ligado a los despidos, la quiebra y la mala reputación de los involucrados? Porqué los medios son el mensajero, también. El mensaje no es imparcial, ni pretende serlo. El mensajero es el que nos inducen a seleccionar en la mayoría de los casos, y el mensaje que ofrece es por tanto, el que dominará el espectro de opinión en la esfera privada, no verbal ni racional. El mensaje de la comunicación de hoy es reptiliano, básico, polarizante.

Una información que sabemos es sesgada por tales referentes se abre paso en foros de whastapp, o chats privados en internet. Rápidamente, en el caso de ser materia de interés para el editor de turno, es publicada en un espacio digital (personal, comercial, oficial, transnacional) el cual tendrá la repercusión que le permita su veracidad, o interés público. Lo que nos interesa saber es la opinión del mensajero que se lleva esa información, corroborada con otras fuentes o no según sus condiciones. Lo que hace con esa información, y el cómo la procesa cognitivamente, y cómo emite una opinión al respecto, en un siglo donde se ha sacralizado a la opinión pública.

La tecnología nos ha desprovisto de la intimidad. Nada que no esté en papel es secreto, y el futuro de un Farenheit 451 no parece tan lejano. La propaganda electoral masiva ha muerto. Con ella la burguesía floreciente de las imprentas, y la que tiene bastante raíces se han echado al mar. Nuestros datos de vida circulan como información comercial, en manos de mercenarios contemporáneos.  La información vale en cuanto más rápida, impactante y cercana. Nuestro mundo “hiperconectado” nos seduce, complace, escucha. Andamos por la vida sin ver, aprovechando cada espacio para consultar el smart-phone porque el carácter “caliente” de la comunicación actual está llena de aristas, de lazos. La intimidad de lo comunicacional permite saber qué está haciendo tu cantante  favorito y que piensa sobre el tema que te interesa, al igual que tus amigos y familiares. La búsqueda por la verdad no tiene mucho sentido cuando el nivel de competencia en el plano virtual te impide incluso sentir la necesidad moral, ética de hacerlo. Una competencia que se basa en asociarse a la noticia, vincularse de alguna manera a su desarrollo para lograr alcance en las personas. Te enteras entonces por la voz de influencers de la noticia y además, lo que el (la) iluminad@ piensa sobre la noticia o lo que es peor: el cómo deben pensar sus fans sobre la noticia.

El campo de batalla es mental.

No es sólo una nota al margen de la teoría marxista que define a la comunicación como selectiva: debido a las limitaciones espacio-temporales, a los condicionamientos profesionales, ideológicos, culturales, etc. los periodistas se ven casi siempre obligados a seleccionar” Romano (20016). El detalle es lo que direcciona, condiciona, orienta esa selección y es que son los valores culturales del periodista. O de aquel que elabore matrices de información, que hoy en día difícilmente es periodista. El colapso de un periodismo que se desangró ante la llegada del smartphone y con él, internet accesible para tod@s. Oímos la información de donde queremos que venga, queremos enterarnos desde una perspectiva que se parezca a la nuestra. Los grandes edificios de los periódicos vacíos, en una desdentada metrópoli de arquitectura masificada 70-90 nos saludan con desprecio. Aún se oyen los lamentos de los académicos, intentando poner orden con manuales de redacción y estilo pero, es inevitable.

Nuestra búsqueda por entretenimiento, educación y “vivir social” del siglo 21 dejó atrás a la televisión y a la prensa. Lo que no aparece en el pináculo del iceberg donde nadan los peces pequeños (Google) no se consigue. Hay que moverse a bibliotecas, archivos. Ha cambiado el panorama del suceso: la percepción generalizada de una situación y sus límites. Ahora estamos en un horizonte de sucesos, más parecido a un hueco de tiempo-espacio donde nada se crea, todo se recicla una y otra vez. Si antes considerábamos al periódico efímero, hoy nuestro límite de paciencia son ocho horas. Nos asaltan los déficit de atención de los más jóvenes, en donde vemos el cambio generacional. Andamos tropezando con los nuevos descubrimientos que antes eran naturales, y hoy son ciencia por ciencia.

Venezuela es un caso singular, porque es un país en guerra. Y la política es un espacio vital, de obligatoria consulta para una generación que presencio la carnicería mediática en su máximo esplendor contra el chavismo. Sus expectativas son mantenerse informad@, para tomar previsiones. Hoy fundan familias, les interesa el lado humano de nuestros dirigentes, el análisis de opinión, la discusión de proyectos. Sus hij@s viven en la fantasía del capitalismo, a través de sus smartphones. Un caso singular de politización de la juventud, que forma gobierno rápidamente y que no responde a esas dinámicas. La opresión es cultura, sí, también es un fenómeno. Es real, no por etiquetarla ni banalizarla hasta hacerla mercancía significa que no se manifieste en la sociedad. Y la comunicación es su lengua. En esta diatriba llevamos la de perder, una vez más consecuencia de la con-vivencia con el capitalismo.

La comunicación caliente es red. Sitio para acompañarse, medirse, exhibirse. Espacio en potencia para compartir. Algunos se preguntan el porqué de la resistencia encarnizada del pueblo venezolano a los mecanismos de dominación cultural a través d los medios de comunicación e internet en la Venezuela de estos últimos veinte años, y debo decir al respecto que la clave es entender el cómo hizo el pueblo para identificar y aislar a sus enemigos mortales. Se secarán al sol de la historia, porque su poder radicaba en la credibilidad.

Twitter: @orhpositivoatak Facebook: Orlando Romero Harrington  / Instagram: @orlando_romero_harrington

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Publicado por Orlando Romero Harrington

Escribiendo en Imagen+política. Analyzing Inside the edge. Feeding the feeds with Design+streetart+videomaking+animation+paint. Left. Rojo.

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